jueves, 20 de septiembre de 2012

La historia del pollo Mike, “El gallo sin cabeza”.

El pollo más famoso de la historia

¿Acaso no han oído hablar del pollo Mike? Si hoy se le recuerda, es debido a los hechos acontecidos la mañana del 10 de septiembre de 1945, cuando el granjero Lloyd Olsen de Fruita, Colorado, se dispuso a sacrificar un gallo. El ave en cuestión no era otra que Mike y su cabeza rodó bajo el hacha de su criador y verdugo.

Una vez decapitado el pollo, el granjero se ocupó de algún asunto y, al volver, descubrió que Mike se dirigía al gallinero por su propia pata, gorjeando patéticamente por su esófago abierto. Decidió dar una oportunidad a semejante prodigio y, al día siguiente, el gallo seguía vivo. A partir de entonces el tal Lloyd alimentó a Mike con una pipeta por el orificio de su cuello y lo exhibió por ferias durante dieciocho meses. El pollo paseaba y el granjero mostraba su cabeza cercenada en un frasco de formol. Se sacó un buen fajo hasta que el “pollo sin cabeza” murió atragantado por un grano de maíz.



Se comenta que otros granjeros, movidos por las ganancias de Lloyd Olsen, se pusieron a decapitar  sus gallos buscando una oportunidad de negocio semejante. Uno llamado Lucky – a saber por qué – sobrevivió once días. Nada comparado con el año y medio que aguantó Mike. Hoye, en FRuita, Colorado, todos lo homenajean por sus ganas de vivir y hasta se le ha dedicado un festival de pollos, un bonito libro con fotos, una escultura en la plaza y una página web. No deje de visitarla.  Es una extraña mezcla entre atrocidad y ridiculez, con artículos sobre el festival, una sección de club de fans e incluso otra sección de ¡Cocina con Mike!


Lo más extraño de todo esto de los pollos es que no sucediera con los humanos en aquellos tiempos en los que las cabezas rodaban con frecuencia. Demostrado está que en muchos humanos la cabeza no es un órgano vital y que las órdenes y estímulos básicos provienen de otras zonas sensitivas.


miércoles, 19 de septiembre de 2012

Los infernales dioramas de Mark Powell

Los pequeños habitáculos del infierno

¿A quien no le gustan las miniaturas? No sé porque motivo, la mayoría de nosotros nos quedamos embobados cuando vemos representaciones detalladas y miniaturizadas del mundo real. Casas de muñecas, escenas bélicas con soldaditos de plomo… todo eso está muy bien y es muy bonito, pero vaya, si hay un poco de sangre y vísceras la cosa mejora considerablemente.
Y aquí están los dioramas creados por el artista plástico Mark Powell

Como veran, no son aptos para decorar habitaciones de niñas, pese a que predominen los tonos rosas…
El trabajo de Powell parece extraído de los sueños más placenteros del señor Hellraiser. Bizarra, siniestra o decadente son solo algunos de los adjetivos con los que se podría calificar a esta obra que representa escenas dantescas de lo que podrían ser las habitaciones del infierno. Modelados con silicona, y con un nivel de detalle realmente increíble, un sin fin de ensangrentados y monstruosos personajes habitan estos sótanos oscuros e inquietantes.
Este tipo de arte macabro puede gustar o no, pero hay que reconocer el gran trabajo que hay detrás de cada uno de estos dioramas de pesadilla, donde le temblarían las piernas hasta al mismísimo Freddy Krueger.
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En la web del artista podéis ver más de sus trabajos, aparte de los dioramas también tiene unas ilustraciones fantásticas.

sábado, 15 de septiembre de 2012

"Los niños llorones". Los cuadros malditos de Bruno Amadio.



Los niños malditos

Bruno Amadio, un pintor que pasó sus días con más pena que gloria y al que le ha sobrevivido una leyenda negra y oscura. Su colección “Los niños llorones”, dicen que está maldita, que sus cuadros son una puerta para pactar con el diablo y que terribles desdichas recaen en todos aquellos que se atreven a colgar uno de esos óleos en las paredes de su hogar.

El pintor

Poco se sabe de éste personaje y los datos que se pueden encontrar son más que confusos. Amadio nació a principios del siglo pasado en Venecia, fue fascista y conservador y, cómo no, un fiel seguidor de Mussolini. Se cuenta que participó en la II Guerra mundial y que fue en ésta donde comenzó a pintar los cuadros malditos, la serie a la que llamó “Los niños llorones”.
En dichos cuadros, Giovanni Bragolin, pues con este nombre firmaba sus trabajos, pretendía mostrar el horror de la guerra en las lágrimas de esos niños desdichados y huérfanos, símbolo más que gráfico de las desgracias que dejaba el conflicto bélico allí por donde pasaba.
Cuenta la historia que Bruno Amadio pintó un total de 27 cuadros en esta serie y que todos los niños vivían en orfanatos o casas de beneficiencia.
Al finalizar la guerra, Amadio se traslada a vivir a España; primero a Sevilla, donde pasa varios años de su vida y más tarde a Madrid, donde se le pierde totalmente el rastro.

La leyenda negra

Al igual que su vida, la leyenda que le acompaña también tiene un origen incierto. Según cuenta la versión más extendida, Bruno Amadio, harto de ser un pintor de tres al cuarto, pactó con el diablo para poder tener la fama y el reconocimiento que se merecía. (No se sabe a qué precio). La cuestión es que, de la noche a la mañana, sus cuadros se hicieron muy populares y a mediados de siglo eran un tesoro preciado del que se hacían cientos de reproducciones todos los años. A más de uno les sonarán las caras de estos niños pues más de una de nuestras abuelas seguro que lució una de estas copias en el salón. En algún lugar debió de ocurrir un incendio en el que lo único que se salvó fue el cuadro del niño llorón y aquí fue donde se desencadenó la leyenda que conocemos hoy en día. Las casas donde se cuelga uno de estos originales arden en llamas y son fuente de misteriosos poltergueist y fenómenos extraños.

En una de las versiones de la leyenda urbana se cuenta que el primer cuadro que pintó Bruno, se quedó en el mismo orfanato de dónde era el niño retratado y que dicho orfanato ardió hasta los cimientos a los pocos días, todos murieron abrasados, incluso el propio niño que fue pintado por Amadio en el cuadro que, misteriosamente, fue el único objeto que no fue pasto de las llamas. De esto modo, el espíritu del niño quedó atrapado de algún modo en el lienzo que arrastraría la terrible maldición por el resto de los días. Personalmente, ésta versión que ronda por la red me parece una invención folklórica, pues ya se sabe lo que pasa con este tipo de leyendas en las que los dimes y diretes las van redondeando para rodearlas del entorno más macabro posible.
En fin, al final de los años setenta la leyenda se extendió como la pólvora y los testimonios sobre la mala suerte de todos aquellos que poseían uno de los cuadros de la colección se multiplicaban por momentos. Nadie quería tener uno de estos cuadros en su casa y las copias dejaron de realizarse por falta de pedidos, “por si acaso”, todos fueron descolgando sus cuadros y arrinconándolos en los desvanes si no deshaciéndose de ellos lo más rápido posible.
Cuentan, que en determinadas fechas, si uno se ponía delante del niño llorón podía pactar con el diablo, y éste te podía mirar directamente a los ojos a través de los enrojecidas y llorosa mirada del niño.
Hoy en día todavía quedan muchos de sus cuadros en circulación, y todavía son muchos los que aseguran que en sus hogares suceden hechos extraños. ¿Leyenda urbana? ¿Cuentos de viejas? Para comprobarlo tan solo hay que comprar uno de estos cuadros y colgarlo durante una temporada sobre la cabecera de sus camas. Eso sí… tengan un extintor bajo la almohada.

Este quizá sea uno de los más famosos, pues se dice que al girarlo se ve a un pez devorando al niño.




domingo, 9 de septiembre de 2012

El hilo rojo del destino. ¿Estamos unidos a las personas que conoceremos?.

El hilo invisible que nos une a las personas que conocemos

Los japoneses tienen la creencia de que las personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique. Es invisible y permanece atado a estas dos personas a pesar del tiempo, del lugar, de las circunstancias…El hilo puede enredarse o tensarse, pero nunca puede romperse.
Esta leyenda surge cuando se descubre que la arteria ulnar conecta el corazón con el dedo meñique. Al estar unidos por esa arteria se comenzó a decir que los hilos rojos del destino unían los meñiques con los corazones; es decir, simbolizaban el interés compartido y la unión de los sentimientos.
Incluso durante el Periodo Edo (1603 a 1867) algunas mujeres se amputaban el dedo meñique para demostrarles su amor a sus maridos. Se consideraba un símbolo de completa lealtad, algo similar a lo que hacen y siguen haciendo los “yakuzas” hoy en dia como simbolo de obediencia a su “oyabun” (jefe),  (aunque en este ultimo caso tambien se atribuye esa amputación a su descendencia samurai y a su imposibilidad asi de manejar la espada).
Por eso en japonés los kanjis de “promesa de meñique” significan “dedo cortado”. Los japoneses suelen cerrar promesas haciendo una “promesa de meñique”, a la que corresponde esta canción infantil:
Promesa de meñique, si miento me tragaré mil agujas…
Yubikiri genman, uso tsuitara hari senbon nomasu…
kanji que simboliza el destino
Una leyenda sobre este hilo rojo cuenta que un  anciano que vive en la luna, sale cada noche y busca entre las almas aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra, y cuando las encuentra las ata con un hilo rojo para que no se pierdan.
Pero la leyenda más popular y la que se recita en casi todos los hogares japoneses a los niños y jóvenes es esta:
Hace mucho tiempo, un emperador  se entero de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa que tenia la capacidad de poder ver el  hilo rojo del destino y la mando traer ante su presencia.
Cuando la bruja llegó, el  emperador le ordeno que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que seria su esposa; la bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevo hasta un mercado en donde una pobre campesina con una bebe en los brazos ofrecía sus productos.
Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invito a ponerse de pie e hizo que el joven emperador se acercara y le dijo : “Aquí termina tu hilo” , pero al escuchar esto, el  emperador enfureció creyendo que  era una burla de la bruja , empujo a la campesina que aun llevaba a su pequeña bebe en los brazos y la hizo caer haciendo que la bebe se hiciera una gran herida en la frente , ordeno a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la  cabeza.
Muchos años después, llego el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y  llegó el día de la boda y el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entro al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente.
Al levantarle el velo vio por primera vez que  este hermoso rostro …. …. …. …. tenía una cicatriz muy peculiar en la frente. “
En definitiva, segun esta creencia, el hilo rojo es el hilo invisible que nos acerca a todas las personas en esta tierra y lo que nos une a pesar de las dificultades, bien sean familiares, amigos, vecinos o conocidos. Asi que tened cuidado con vuestro dedo meñique, nunca se sabe a quien podemos encontrar en nuestro camino.




sábado, 8 de septiembre de 2012

Manuscrito Voynich. El libro más enigmático de la historia.


El Santo Grial de la criptografía

Pocos manuscritos hay en la historia más misteriosos e intrigantes que el manuscrito Voynich, un libro que fue escrito hace unos quinientos años en un extraño idioma (al que se le ha denominado como voynichés) y que a día de hoy todavía no ha podido ser descifrado por ninguno de los muchos expertos que lo han intentado. Si esto es poco, el libro está repleto de ilustraciones de diversa temática, que van desde la botánica, la astrología y la cosmología, hasta la biología y la farmacéutica.
Hasta aquí podría parecer un antiguo tratado sobre conocimientos varios de los muchos que existen de dicha época, a no ser porqué los dibujos del manuscrito Voynich nos muestran una serie de plantas, animales y situaciones cotidianas desconocidas en nuestro planeta. Se podría decir que es como un “manual de botánica y ciencia de otro planeta”. A parte, en el manuscrito se representan una serie de instrumentos que bien podrían ser microscopios y lentes de aumento rudimentarias, junto con ilustraciones de lo que podrían ser células y bacterias, algo bastante inusual si se tiene en cuenta que alguna de las teorías de su autoría lo sitúan en el siglo XIII.
Arriba, microscopios del siglo XVIII, abajo artefacto similar del Voynich que algunos dicen que eran tarros para guardar las hierbas.

Arriba, ilustración del Voynich. Abajo, microscopio siglo XVII
El Voynich está considerado por muchos como el Santo Grial de la criptografía histórica. A lo largo de su existencia ha sido objeto de intensos estudios por criptógrafos profesionales y aficionados, pues todas sus páginas se están disponibles y se pueden estudiar en la red. Pero ninguno ha logrado descifrar ni una sola palabra del libro, en este punto son muchos los que opinan que el manuscrito es un engaño, un fake medieval que alguien escribió por motivos desconocidos y que todo su texto no es más que una secuencia azarosa sin ningún sentido.
Sin embargo, pese a que parece ser que en diversas páginas se repiten los mismos signos, todo el manuscrito cumple la ley de Zipf, que viene a decir que en todas las lenguas conocidas la longitud de las palabras es inversamente proporcional a su frecuencia de aparición. Esto hace pensar que el texto está redactado en un lenguaje concreto y natural, ya que en lenguajes artificiales creados a propósito, como los élficos de Tolkien o el Klingon de Star Trek no se cumple esta regla.
Esto es debido a que la explicación a esta ley se basa en la economía lingüística: las palabras que más utilizamos son más cortas y así requieren menos energía, por ello es el uso de una lengua el que acaba por imponer esta ley. Es prácticamente imposible que el autor del manuscrito Voynich conociera la ley de Zipf, enunciada muchos siglos después, y por tanto que la aplicase a una lengua inventada por él.
Ilustraciones de botánica de plantas de las que no se conoce su existencia.
muchas de las ilustraciones se pueden observas baños conjuntos de mujeres desnudas en extrañas piscinas y tubos…
El manuscrito debe su nombre a Wilfrid M. Voynich, quien encontró el libro en 1912 en una biblioteca jesuita del colegio de Mondragón, cerca de Roma, donde parece ser había sido donado por Athanasius Kircher (criptólogo alemán) a finales del siglo XVII, quien a su vez lo habría conseguido de Johannes Marcus Marci, rector de la universidad de Praga en aquella época y que a su vez lo habría conseguido de Georgius Barchius, alquimista que trabajo en la corte de Rodolfo II, el que ha su vez lo habría conseguido de Jacobus Horcicky de Tepenecz, también alquimista, quien se habría apoderado del manuscrito tras la muerte de Rodolfo II, a quien pertenecía el libro hasta el 1622. Es posible que el libro llegara hasta la biblioteca del sacro emperador romano de manos de Johannes Kepler, quien entre los años 1584 y 1588 vivió en la corte de Rodolfo. Kepler, gran aficionado a la alquimia, matemáticas, astrología y astronomía, era un gran admirador del trabajo de Roger Bacon y atesoraba muchos de sus manuscritos originales. Es por este motivo que el manuscrito Voynich se atribuye por muchos al tal Roger Bacon, quien supuestamente lo habría escrito casi cuatro siglos antes. Roger Bacon fue un monje franciscano y alquimista del que se dice habría creado un código para camuflar sus investigaciones sobre la piedra filosofal y el elixir de la vida.
Extracto del texto de una página cualquiera
Como veis, el manuscrito Voynich se pierde en una marea de manos de personajes más que curiosos en el que es difícil seguir el hilo de su historia. Las teorías sobre su origen son muchas y variadas. Están los partidarios sobre la atribución real a Roger Bacon, quien fuera el inventor de la lupa y con el que se especula sobre la invención de microscopios y telescopios mucho antes de su invención reconocida. Están los que opinan que el manuscrito fue obra de Johannes Marcus Marci, que junto a Raphael Missowsky habrían creado el manuscrito para poner en ridículo a Athanasius Kircher, quien ya había sido estafado con un texto fraudulento por el orientalista Andreas Mueller.
Otra teoría pone en el tablero a dos nuevos personajes que también residieron en la corte de Rodolfo II (personalmente es la que más me convence). Estos personajes son Francis Bacon, escritor y aficionado a todos los temas ocultos y su buen amigo, Cornelis Drebbel, quien fuera jefe alquimista en la corte de Rodolfo II en la época en la que supuestamente aparece por allí el manuscrito. Curiosamente, Drebbel era un gran aficionado a los microscopios y telescopios y él mismo los fabricaba y vendía. Francis Bacon escribió un libro titulado “La nueva Atlántida” en 1626, donde los paisajes, lugares y costumbres descritas coinciden más que sorprendentemente con las ilustraciones del Voynich. Es más que probable que el manuscrito fuese escrito por Drebbel a modo de apoyo para el libro de Francis Bacon. Como una biblia de la nueva Atlántida que envolvería la obra de Bacon como algo real, no fictício, y que impulsaría su éxito.
Supuestas ilustraciones de vida celular
Resumiendo. No se tiene ni idea de quién fue el verdadero autor del manuscrito, no se sabe si su texto es falso o en realidad tiene algún sentido. No se sabe en qué época fue escrito ni por qué motivos… Interesante ¿Verdad?
Actualmente el manuscrito Voynich se encuentra en la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de Yale, catalogado como el ítem MS408.
Se utilizó pluma de ave para escribir el texto y dibujar las figuras con pintura de colores; según se puede apreciar, el texto es posterior a las figuras, ya que en numerosas ocasiones el texto aparece tocando el borde de las imágenes, algo que no ocurriría si éstas hubiesen sido añadidas posteriormente.
El libro tiene alrededor de 240 páginas de pergamino, con vacíos en la numeración de las mismas lo que sugiere que unas 28 páginas se habían extraviado ya antes de su compra por Voynich.
Ilustraciones sobre astrología